martes, 30 de enero de 2007

Al presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, le gusta el tomate.


Así, sin complejos, y con dos tomates como dos soles, pretendia entrar Paul Wolfowitz a la mezquita de de Edirne, al este de Turquía.
Turquía es unos de los paises más endeudados y Paul Wolfowitz fue antes número dos de Donald Rumsfeld como subsecretario del departamento de Defensa de EE UU.

1 comentario:

Anónimo dijo...

OPobrecillo, no gana para calcetines...tanto amasar dinero y ayudar a las coorporaciones, no le dejan tiempo para un zurzido o pasar por una tienda a comprar unos.