miércoles, 29 de noviembre de 2006

¿POR QUÉ ODIAMOS AL G8?

El G8 es el grupo de los 8 países “mas poderosos” de mundo. Proviene del G7, formado por los sietes países mas industrializados del bloque occidental (Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña, EE. UU., Canadá y Japón) en 1976. Rusia es invitada por primera vez en 1991, año de la definitiva desintegración de la URSS. Esta participación es parcial, quedando excluida de las discusiones sobre economía y finanzas. Desde el año 1997 esta invitación se hace estable para que participe todos lo años, empezándose a hablar de “G8”. En la cumbre de Kananaskis (Canadá, 2002) Rusia se integra plenamente en el G8, incorporándose a todas las discusiones. Además, en la cumbre participan (invitados) el presidente de la Comisión Europea y el Presidente de turno de la UE.

El G8 se presenta a sí mismo como un “simple foro de discusión”, pero claramente podemos ver como tienen capacidad de tomar decisiones y de imponerlas a nivel mundial. Año tras año vemos como las declaraciones finales de la cumbre incluyen importantes impulsos a los procesos de globalización neoliberal (liberalización comercial y financiera, privatizaciones, flexibilización del mercado laboral...) acompañados de unos cuantos brindis a sol acerca de la lucha contra la pobreza, el hambre, o las enfermedades curables. Y año tras año vemos como solo la primera parte se cumple:

  • De los 110 mil millones de dólares de aligeramiento de deuda externa prometidos en 1999, en junio de 2003 se habían hecho efectivos menos de un tercio.
  • De los 13 mil millones de dólares anuales prometidos en 2001 al Fondo Global de Salud para la lucha contra el sida o la malaria, solo se han hecho efectivos 350 millones al año.
  • Pese a las promesas hechas desde 1981 de destinar el 0,7% del PIB a Ayuda Oficial al Desarrollo, ninguno de los países del G8 llega actualmente al 0,33%.

Para la otra cuestión, sin embargo, se muestran mucho mas efectivos, porque si tienen realmente capacidad de imponer sus decisiones. De los 5 vetos que hay en el Consejo de Seguridad de la ONU, 4 forman parte del G8. El FMI y el BM funcionan en un sistema de votos por cuotas, es decir, el número de votos que tiene cada país va en función de la cantidad de cuotas (dinero) que aporta al fondo común, de forma que los países mas ricos pueden acumular mas votos. Concretamente, los países miembros del G8 acumulan el 44% de los votos en estas dos instituciones. En las negociaciones en el marco de la OMC, los países del G8 también acostumbran a funcionar como un bloque formado por EEUU, Canadá, Japón y UE (lo que explica la invitación a los presidentes de la UE). Es decir, fijan la posición común de la UE sin participación de España, Portugal, Grecia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Irlanda...

La participación española mas directa que se ha dado en el G8, fue cuando España tenía la presidencia de turno de la UE. En esta ocasión, las declaraciones que mas trascendieron a la prensa sobre la participación de José Maria Aznar fueron las siguientes: “El otro día en Canadá, estaba con el presidente Bush cuando este puso los pies encima de la mesa y me preguntó: ¿Sigues haciendo deporte? Yo le dije que si y el me comento: Hago cuatro Km. en 6 minutos 24 segundos. Yo puse los pies encima de la mesa y le respondí: Yo hago 10 Km. en 5 minutos 20 segundos. Es la primera vez que superamos a EE UU en algo”.

A pesar de la relevancia de estas cumbres, las discusiones del G8 son secretas. No existe trascripción de las mismas y los documentos preparatorios, aun siendo elaborados por funcionarios públicos de los países miembros, son generalmente también secretos y muy raramente salen a la luz pública. Los únicos documentos totalmente públicos son las declaraciones finales.

Por todo ello decimos que el G8 es un gobierno mundial en la sombra. A la falta de transparencia se le une el hecho de que están imponiendo sus decisiones (sus intereses) al todo el mundo los presidentes de unos países que representan solo al 10% de la población, pero al 60% de la riqueza mundial.

http://www.nodo50.org/accionglobal/

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me resulta gracioso ver al grafitero pintar "Smash g8" con sus zapatillitas Adidas. Luego llevará una mochila Eastpack ,una cazadora The North Face, gorra Carhartt, espray Montana, pañuelo Coronel Tapiocca y calzoncillos Calvin Klein

Anónimo dijo...

No conozco ni la mitad de marcas que citas -Car qué?
En mi opinión lo más importante a valorar de esta imagen es la acción que realiza el sujeto y no la indumentaria o si se depila los tobillos... North como?

Anónimo dijo...

se te olvidaba que seguro que tiene un movil Sony Ericsson X-)

joer que visión tienes...no veo el logtipo de las zapatillas por ningún lado

Totlamente de acuerdo con la 2ª opinión

Anónimo dijo...

Pues esta bien claro. Tres rayas Adidas. Es fácil reconocer los logotipos de las marcas. Vivimos rodeados de ellas y están hasta en la sopa (Campbell).

Anónimo dijo...

Que cuestionamiento más ridiculo
, que el manifestante use/llevé unas supuestas "Adidas".

Nos quedamos mirando "el sexo de los angeles" y siendo más papistas que el papa.

Como bien dices nuestra vida esta rodeada de marcas...todo es una marca.

No soy digno de cuestionar al G8, por qué el micro que usa mi computadora es "Intel", y tengo internet cuando los niños de Africa, no tienen ni que comer.

¡¡Perdonadme por no ser puro!!

Anónimo dijo...

No estoy hablando de pureza de pensamiento, sino de razonable consumismo. Las ideas y la política están muertas. La acción es la que manda. Y en un sistema capitalistas no hay más acción que intentar llevar a cabo un consumo un poco más ético. Esa es la más poderosa de las armas actuales. Una economía podría irse a pique sí todos los individuos decidieran no comprar tal o cuál marca, o en tal o cual lugar...imagínate que nadie comprara en Carrefour o en Caprabo...Tenemos el poder y ahora debemos aprender a usarlo.